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Presión Fiscal en España

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La sensación exagerada de presión fiscal en España es una percepción común entre ciertos sectores de la población y las empresas, que creen que el sistema tributario en el país es demasiado pesado, intrusivo o injusto. Esta sensación puede ser alimentada por varios factores y puede no reflejar necesariamente la realidad, aunque a veces tiene una base en experiencias particulares. Es importante diferenciar entre la presión fiscal real (es decir, la carga impositiva efectiva) y la sensación subjetiva de presión.

Factores que alimentan la sensación de presión fiscal en España

  1. Altos impuestos sobre la renta y el consumo

    • En España, el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) y el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) son considerados altos en comparación con otros países de la Unión Europea. En algunos tramos del IRPF, el tipo impositivo puede superar el 40%, lo que genera la sensación de que las personas están pagando gran parte de sus ingresos en impuestos.
    • Además, el IVA del 21% (el tipo general) es percibido como un impuesto elevado sobre el consumo, especialmente en un contexto de inflación y precios crecientes.
  2. Aumento de la fiscalización y controles

    • La Agencia Tributaria Española ha intensificado sus esfuerzos para combatir el fraude fiscal en los últimos años. Esto incluye el uso de tecnologías avanzadas, como el Big Data, para identificar irregularidades. Aunque estas medidas son necesarias para garantizar el cumplimiento fiscal, también pueden ser percibidas como una presión excesiva sobre los contribuyentes, especialmente cuando hay inspecciones fiscales o auditorías.
    • Además, la fiscalización electrónica y la autoliquidación de impuestos, aunque facilitan la vida a muchos, también han aumentado el control sobre la población, lo que puede generar la sensación de que el sistema está vigilando de cerca a los ciudadanos.
  3. Complejidad y burocracia del sistema tributario

    • La complejidad del sistema tributario español puede ser otra causa de esta sensación de presión. Los contribuyentes, especialmente aquellos con situaciones fiscales más complejas (autónomos, pymes, etc.), a menudo se enfrentan a una gran carga administrativa para cumplir con las obligaciones fiscales. Los trámites y formularios pueden resultar difíciles de entender y requieren tiempo y recursos para ser completados correctamente.
    • A menudo, los cambios en la legislación fiscal y la inestabilidad política también contribuyen a la confusión y la sensación de inseguridad fiscal. Los contribuyentes pueden sentir que nunca están completamente seguros de cuál es la normativa vigente o de si están cumpliendo correctamente con todas las obligaciones fiscales.
  4. Elevados impuestos a las empresas

    • En el caso de las empresas, especialmente las pymes o los autónomos, la presión fiscal también es una preocupación constante. A pesar de las reformas que buscan incentivar la competitividad y la inversión, las cargas tributarias, como el Impuesto de Sociedades, pueden ser vistas como demasiado altas.
    • Además, las cotizaciones a la Seguridad Social también representan una parte significativa de los costes laborales en España, lo que incrementa la carga tributaria para los empresarios y los trabajadores.
  5. Altas sanciones y consecuencias de no cumplir

    • En ocasiones, la agresividad de la Agencia Tributaria al imponer sanciones por errores fiscales (a menudo percibidos como pequeños o involuntarios) puede dar lugar a una sensación de "persecución" o de penalización excesiva por fallos no intencionales. Aunque las sanciones están diseñadas para asegurar el cumplimiento de las leyes fiscales, en algunos casos son vistas como desproporcionadas, especialmente cuando las infracciones son menores.
  6. Percepción de un sistema fiscal injusto

    • La sensación de presión fiscal también puede estar vinculada a la percepción de injusticia en el sistema tributario. Algunos ciudadanos pueden sentir que las grandes empresas o las personas con mayores recursos evaden impuestos de manera más eficiente que los pequeños contribuyentes. El fraude fiscal y la elusión fiscal por parte de algunos sectores de la sociedad también alimentan la percepción de que el sistema es injusto, ya que aquellos que cumplen con sus obligaciones fiscales pueden sentir que están pagando más que otros que no lo hacen.

Factores que mitigan la presión fiscal

A pesar de la sensación de presión fiscal, es importante reconocer que España tiene algunas características que pueden aliviar dicha sensación:

  1. Aplazamientos y fraccionamientos de la deuda

    • El sistema fiscal español permite a los contribuyentes solicitar el aplazamiento o fraccionamiento de las deudas tributarias en muchos casos. Esto ofrece una flexibilidad importante para aquellos que enfrentan dificultades para cumplir con sus obligaciones fiscales.
  2. Sistema progresivo de impuestos

    • El sistema fiscal español es progresivo, lo que significa que las personas con ingresos más bajos pagan un porcentaje menor de impuestos en comparación con las personas con ingresos más altos. Esto ayuda a reducir la presión fiscal sobre los ciudadanos con menor capacidad económica.
  3. Beneficios fiscales y deducciones

    • Existen varias deducciones y beneficios fiscales disponibles para diferentes colectivos, como familias con hijos, personas con discapacidades o viviendas en alquiler, entre otros. Estas deducciones pueden aliviar la carga fiscal y disminuir la sensación de presión tributaria.
  4. Reformas fiscales en curso

    • El Gobierno español ha llevado a cabo varias reformas fiscales en los últimos años para simplificar el sistema y reducir la carga sobre los autónomos y las pymes. La reforma fiscal de 2022 y los planes para mejorar la digitalización de la administración tributaria son algunos de los esfuerzos para hacer el sistema más accesible y justo.

Comparación con otros países

La sensación de presión fiscal no es exclusiva de España. Muchos países avanzados tienen sistemas fiscales igualmente complejos y cargas impositivas elevadas. Sin embargo, la percepción de la presión fiscal varía según las características del sistema tributario de cada país. Por ejemplo:

  • En Suecia o Dinamarca, la presión fiscal es muy alta, pero la población percibe que las prestaciones públicas (salud, educación, pensiones, etc.) son de alta calidad, lo que justifica en gran medida el pago de impuestos elevados.
  • En Estados Unidos, la presión fiscal también es alta en términos de impuestos corporativos y sobre la renta, pero las personas suelen sentir que tienen más flexibilidad y control sobre sus obligaciones fiscales, debido a la naturaleza menos intrusiva del sistema y la posibilidad de negociar con el IRS.

Conclusión

La sensación exagerada de presión fiscal en España puede estar influenciada por la complejidad del sistema tributario, la fiscalización cada vez más estricta, los impuestos relativamente altos sobre la renta y el consumo, y la percepción de un sistema fiscal poco transparente o injusto. No obstante, es fundamental distinguir entre la presión fiscal real y la percepción subjetiva, ya que muchos de los factores que generan esta sensación están ligados a la percepción de inseguridad y a la frustración ante las complejidades administrativas. Al mismo tiempo, existen medidas para mitigar esta presión, como los aplazamientos de deuda y los beneficios fiscales, que ayudan a equilibrar la carga para muchos contribuyentes.

Imagen de Josep Navarro
Josep Navarro es Licenciado en Económicas por la UB, especializado en Inspecciones Tributarias, con más de 25 años de experiencia en asesoría fiscal para empresas y particulares en España.